Resulta complicado seguir hoy a JESÚS cuando nuestro corazón está apegado a los bienes, a las cosas que hacemos o a una forma de vida que tratamos de imponer a los demás. Solo seguimos a JESÚS cuando nos sentimos de verdad libres y felices, aunque sea abandonándonos en sus manos, reconectando con Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario