Antes de que
JESÚS se marchara al Cielo, con su Padre, les encomendó a sus seguidores quefuesen por todo el mundo contando el gran AMOR de DIOS.
Los discípulos
recibieron la misión de dar testimonio de DIOS en todos los lugares de la
tierra y para ello contaban con la ayuda del ESPÍRITU SANTO. ¿Y tú? Pues
también. Como bautizado, tú tienes la misma misión que aquellos primeros
discípulos: SER TESTIGO DEL AMOR DE DIOS. Ser cristiano es eso: Dar testimonio
de DIOS con palabras y con nuestra VIDA.
Hoy en día,
muchos hombres y mujeres están siendo testigos de Dios por toda la tierra. Son
los misioneros. Esas personas que han oído la voz de DIOS llamándoles y que
están convencidas de poder aportar su grano de arena para que este mundo sea
un poco mejor cada día.
Pero no hace
falta esperar a ser mayor para ser misionero. Tú ya puedes serlo. Puedes rezar
por las misiones, por los niños del mundo y por los misioneros que mejoran sus
vidas. Puedes contarles a los que te rodean que DIOS es la verdad, que Él nos
quiere con locura.
En definitiva,
tú también puedes ser testigo y misionero.