Hace dos años, el Papa Francisco instituía la fiesta de SANTA MARÍA,
MADRE de la IGLESIA, para ser celebrada el lunes después de Pentecostés. Dicho título fue concedido a la Santísima Virgen por el Papa Pablo VI
en el transcurso del Concilio Vaticano II.
Es significativo el hecho de que, de entre todos los padres
conciliares, fuesen los Obispos polacos los que más insistieran al Papa para la
concesión de dicho título. Entre ellos, se encontraba un joven Obispo, Karol
Wojtyla. Éste, años más tarde, siendo ya el Papa Juan Pablo II, mandó poner en
la Plaza de San Pedro del Vaticano un mosaico de la Virgen María bajo el título
de Madre de la Iglesia: MATER ECCLESIAE.
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