DIOS se ha hecho pequeño, uno de nosotros, por amor a todos.
Belén es el escenario donde estalla, como dice el papa Francisco, “la alegría
del Evangelio”, que tiene que alcanzar “hasta el confín de la tierra” a través
de nuestro anuncio. Los niños son participantes activos y destacados en esta
gran misión de la Iglesia, en la escala que les corresponde.
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